No sólo son deliciosos, también ofrecen beneficios a tu salud, te los voy a contar para que los incluyas en tu régimen alimenticio.

Fuente de antocianinas, que por lo regular se encuentran en la cáscara y son responsables de su pigmento rojo. Son poderosos antioxidantes que reducen las probabilidades de sufrir enfermedades coronarias, mejoran la agudeza visual y desinflaman. Un estudio realizado en la Universidad de Michigan descubrió que gracias a ellas, las cerezas son eficientes para aliviar el dolor de forma equivalente al ibuprofeno.

Contienen licopeno, un pigmento rojo con propiedades anticancerígenas, hábil para luchar contra los radicales libres e ideal para detener el envejecimiento prematuro de la piel que ocasiona el sol, gracias a que estimula el crecimiento de las fibras de colágeno y elastina. La sandia es rica en agua y licopeno, por lo que también es excelente para rehidratar en estos días calurosos de verano.

Ricos en potasio, que ayuda a transportar nutrientes a las células, mantiene en un adecuado balance la presión arterial y el sistema nervioso. Previene los calambres, especialmente cuando se practica ejercicio. Una manzana tiene la concentración ideal de este mineral benefactor de tu salud y no se recomiendan en exceso a pacientes con enfermedades renales.

Cuentan con electrólitos que proporcionan hidratación, por lo que se sugieren cuando se realizan intensas sesiones de ejercicios, pues además facilitan que los nervios y músculos se contraigan de forma óptima en las continuas repeticiones de las rutinas. Las fresas son una excelente fuente de electrólitos que te mantendrán hidratada en los días soleados y repondrán el agua pérdida por la abundante sudoración.

Posee altas concentraciones de flavonoides como las proantocianidinas, que además de otorgarles el tono rojo también les confieren propiedades antioxidantes, excelentes para luchar en casos de infecciones urinarias o gástricas, de acuerdo con los científicos del Worcester Polytechnic Institute, en Estados Unidos. El jugo de arándanos es el más recomendable en estas situaciones, ya que ataca bacterias nocivas responsables de infecciones, pero sin eliminar bacterias beneficiosas que conforman la microbiota intestinal. También es útil para úlceras en el estómago y enfermedades de las encías, por sus propiedades antiinflamatorias.