Primero que nada debes saber que el estrés, es la forma en que el cuerpo responde a una demanda o amenaza. Ante el peligro inminente, real o imaginario, el organismo pone en marcha un reacción de lucha o huida. Digamos que te protege para que te mantengas alerta a pesar de la amenaza.

No siempre es malo, pues es el motor que te ayuda a enfrentar desafíos, pero cuando es parte de tu vida diaria puede causar daños en tu salud, estado de ánimo y afectar tu calidad de vida. 

Alerta ante los siguientes signos:

  • Dolor en los oídos, cuando enfrentas demasiadas presiones es probable que presiones tus dientes y mandíbula, incluso mientras duermes. El dolor se genera por la inflamación de la presión constante. Ante una señal de dolor de oídos tal vez debas considerar visitar al dentista y no al otorrinolaringólogo.
  • Dolor en el estómago, provocado porque las hormonas del estrés causan espasmos en el intestino que generan diarrea o estreñimiento. De acuerdo a un estudio reciente, sólo un tercio de los pacientes que creían que eran intolerantes a la lactosa lo eran realmente. Pues ante el estrés los intestinos se vuelven más sensibles.
  • ¿Te sientes fatigada todo el tiempo? El estrés crónico provoca que seas menos productiva. Tratar de funcionar como una mujer multitask, no es lo mejor. Estudios han encontrado un vínculo entre los niveles bajos de cortisol y la fatiga crónica, factores preponderantes del agotamiento.

Es importante que aprendas a manejar el estrés, practicar yoga o meditar son sólo algunas de las herramientas que lograrán bajar sus niveles, para evitar o reducir los efectos negativos de éste mal muy común en nuestros agitados días.