En efecto, es el complemento perfecto tras tu entrenamiento. Tal vez te parezca innecesario, pero hay muchos beneficios al realizarlos:
- Mantiene tus músculos flexibles e incluso con la práctica constante logra que tengan un mayor rango de movimiento.
- Evitará las tensiones musculares que suelen ocasionar dolor e incluso lesiones en las articulaciones.
- Mejora el flujo sanguíneo y oxigena los músculos, por lo que ayuda a una recuperación más rápida tras el entrenamiento.
- Incluso ofrece un efecto relajante.
- A la larga beneficia a la postura.
Puedes realizarlo fácilmente e incluso sino lo usas como acompañante del ejercicio es ideal para desvanecer las tensiones tras largas jornadas frente a la computadora o en el trabajo.
Cómo hacerlo:
- Lo ideal es mantener cada estiramiento al menos entre 30 y 45 segundos.
- Inclínate el frente de tal forma que toques la punta de tus dedos.
- En la misma posición prueba a abrazar los codos con las manos y balancéate suavemente de un lado a otro.
- Eleva la pierna derecha estirada y apoya la planta sobre una banca o barra, inclina tu pecho para tratar de tocar la punta de los dedos. Repite, pero ahora con la pierna izquierda.
- Lleva tu brazo derecho frente a tu pecho mientras lo estiras suavemente hacia el lado izquierdo. Repite, pero con el brazo opuesto.
- Sentada eleva los brazos como al techo, empieza a estirar tu brazo derecho como si tratarás de llegar más alto, pero sin separar los glúteos del asiento. Realiza el mismo movimiento con el brazo izquierdo y altera hasta lograr 10 repeticiones.
- Mueve en círculos tu cabeza lentamente, primero de derecha a izquierda cinco veces y después gira de izquierda a derecha otras cinco veces.