No sólo las personas en edad adulta están en peligro de sufrir discapacidades visuales y hasta ceguera, actualmente el riesgo es mayor debido a la pandemia que ha incrementado las horas frente los dispositivos electrónicos, que facilitan la vida laboral o escolar, pero también afectan la salud visual.
De acuerdo, con la Secretaria de Salud, actualmente en el mundo 196 millones de personas viven con degeneración macular relacionada con la edad, 146 millones tienen retinopatía diabética, 43 millones con edema macular diabético, 76 millones glaucoma, y 25 millones cataratas, enfermedades que sin un adecuado seguimiento y tratamiento específico conducirán a debilidad visual y, en algunos casos, a la perdida de la visión.
El Dr. Francisco Martínez Castro, Presidente Regional para la IAPB en Latinoamérica, señaló que la pandemia por COVID-19 evidenció una insuficiente infraestructura en los servicios de salud en la región de América Latina, al carecer de una cobertura universal en la atención de la salud visual. “Y si a esto hay que hay que sumar la justificada decisión de disponer al máximo de los espacios para la atención de pacientes portadores de SARS-COV2, y en consecuencia rezagar la atención de la salud visual, se generará de forma inevitable una sobrecarga de pacientes con déficit visual en los próximos años.”
Si bien tres de cada cuatro casos de discapacidad visual son evitables o tratables; se prevé que el envejecimiento de la población mundial, los cambios en el estilo de vida, errores refractivos como la miopía y enfermedades como el glaucoma, la degeneración macular relacionada con la edad y la retinopatía diabética aumentarán la discapacidad visual en las próximas décadas.
Por su parte, el Dr. Van Lansingh, Director Médico de HelpMeSee, destacó que el acceso a una atención oftalmológica temprana y de calidad, es un factor importante para reducir el riesgo en el avance de las afecciones visuales, ya que existen alternativas eficaces para prevenir, tratar y manejar la mayoría de las enfermedades oculares de alta prevalencia en la población como catarata, glaucoma, degeneración macular relacionada con la edad, retinopatía diabética y edema macular diabético, reduciendo así el riesgo de deficiencia visual y ceguera. La prevención, es clave en cualquier asunto relacionado con la salud, por ello una visita anual al oftalmólogo puede ser de gran ayuda para reducir riesgos.