No necesariamente tienes que tener un desequilibrio hormonal declarado, simplemente tu estilo de vida puede desbalancear tus hormonas. Tampoco necesitas ser endocrinólogo para equilibrarlas, basta con eliminar malos hábitos.

  • Dile no al estrés: cuando tienes cargas altas de trabajo o preocupaciones constantes tu cuerpo entrará en estado de estrés para tratar de sobrevivir. Desafortunadamente liberarás cortisol, lo que generará irritabilidad, ira e incluso dificultades para conciliar el sueño; si se vuelve un problema crónico afectará los procesos cognitivos de acuerdo un estudio realizado en la Universidad de Minnesota. Iniciar el día con una pequeña meditación de 5 minutos, será de gran ayuda. Sólo concéntrate en como entra y sale el aire de tu cuerpo mientras respiras, al principio aparecerán pensamientos que te distraen, pero con la práctica desaparecerán.
  • No te saltes el desayuno: pues la ingesta de proteínas y carbohidratos libera insulina que estimula la formación de neurotransmisores como la serotonina, que se denomina también la hormona de la felicidad porque genera sensaciones de bienestar, relajación, concentración e incluso aumenta la autoestima.
  • Duerme: en ese lapso tu cuerpo se regenera y libera grelina y leptina, hormonas que controlan el apetito. Si duermes mal se desequilibran y como resultado tendrás más hambre al día siguiente y querrás alimentos dulces, lo que a larga se traduce en obesidad. Por lo menos requieres un sueño de siete horas.

Son sencillos los cambios de hábitos que te generarán beneficios.