Normalmente a los seis meses su sistema digestivo estará listo para recibir alimentos sólidos, de acuerdo con la academia Americana de Pediatría. Sin embargo, ciertos signos indican que ya es apto para comer papillas: mantiene la cabeza erguida, no requiere apoyarse para sentarse y conservar su espalda vertical, ambos evitarán que se asfixie mientras traga. En ocasiones se muestra interesado en lo que comes. Pero, es importante que antes de empezar con esta nueva alimentación lo consultes con el pediatra.

Reglas de inicio

No son irrefutables, pero sí lograrán que el bebé acepte fácilmente la alimentación complementaria.

– Pequeñas pruebas con una cucharita al principio es suficiente.

– Inicialmente puedes ofrecerle verduras, frutas y proteínas, pero no combinadas.

– Lo que sí es importante, no retirar la leche materna. Ofrécele la mitad de la porción que tomaba anteriormente después de su papilla.

– Usa ese momento para ampliar el vínculo con tu pequeño, es decir, dedícale tiempo.

– Permítele que disfrute las texturas con sus manos, es parte importante de su desarrollo.

Alerta roja

Podrás detectar si tiene intolerancias cuando presente síntomas como diarrea, vómito, distensión o gases. Inmediatamente hay que suspender el alimento o combinación que lo provoco y acudir con el médico.

Una correcta alimentación complementaria contribuye al desarrollo del aparato digestivo, brinda nutrientes, le enseña a distinguir olores, colores, sabores, texturas y temperaturas; además estimula su desarrollo psicosocial y fomenta hábitos de alimentación saludable.