¿Sabías que no sólo ocasiona congestión nasal, goteo incesante de mucosidad y hasta dolores de cabeza? También provoca fatiga, irritabilidad y problemas de atención, aprendizaje y comportamiento, como resultado de la dificultad para conciliar el sueño derivada de la congestión nasal hasta en el 67% de los adultos y en un 88% de los infantes.

Nuevas esperanzas

De acuerdo con las investigaciones enfocadas en el desarrollo de terapias farmacológicas e inmunoterapia, un número cada vez mayor de estudios epidemiológicos y microbiológicos apoyan la hipótesis de que el origen de las enfermedades alérgicas puede residir, al menos en parte, en la microbiota intestinal, señala la neonatóloga Flor Abinader.

Estas nuevas búsquedas se enfocan en la importancia del eje pulmón-intestino y abren el camino hacia el desarrollo de tratamientos específicos y eficaces, sin dejar de destacar la importancia de otras medidas a considerar desde el momento de la llegada de los recién nacidos.

Dos procesos que inciden positivamente en el desarrollo de los neonatos son el parto por vía vaginal y la lactancia. En ambos, el recién nacido está expuesto a las bacterias de la madre, por lo que se instaura la conformación de una microbiota más diversa y un sistema inmune más sano, lo que reduce el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias como rinitis alérgica o asma.

Un crecimiento sano

Se recomienda a las futuras mamás mantener una alimentación de alta calidad nutricional, equilibrada y rica en fibra, como la que se encuentran en frutas y verduras. Y, previa consulta a su médico, reforzarla mediante el consumo de probióticos, en especial, el de origen natural desarrollado a partir de la levadura Saccharomyces boulardii CNCM I-745®, a fin de mantener el equilibrio de su microbiota intestinal y, en su momento, favorecer el desarrollo la conformación inicial de la de sus bebés.