Emplear correctamente el hilo dental, no sólo retirará rastros de comida, también evitará inflamación y problemas más graves como la gingivitis.

¿Quieres sacarle el mejor provecho? Sigue algunas recomendaciones de los expertos, que yo he probado y que me han dado resultados:

  • Aproximadamente necesitas 40 centímetros de hilo dental para terminar tu limpieza después del cepillado. Es muy importante que uses un trozo limpio cada que lo cambias de dientes, para asegurar una limpieza profunda.
  • Podría ser más útil deslizarlo entre los dientes antes de usar el cepillo, para aflojar las partículas y evitar el mal aliento.
  • Es un gran aliado para evitar la gingivitis, ya que al arrastrar cualquier rastro de alimento impide que se forme inflamación.
  • Si sólo decides emplearlo una vez al día, se sugiere hacerlo por las noches, ya que realizarás una limpieza a fondo de todas las partículas que pueden haberse quedado rezagadas durante el día entre los dientes.

La manera más eficiente de emplearlo es:

  • Deslizarlo suavemente entre dos dientes.
  • Llévalo hasta la línea de las encías sin frotar en esa zona para no irritar o cortar.
  • Una vez que está en esa zona, curvea suavemente y frota hacia arriba.

No importa si usas un cepillo eléctrico o manual,  la regla más importante es ser gentil al hacerlo, nunca usarías la misma fuerza para tallar una cacerola que para una tetera de porcelana, por ello debes tratar tus dientes con gentileza.