En estas épocas en que las temperaturas bajan, es imprescindible crear un plan con estrategias efectivas para que tu sistema inmune se mantenga fuerte:
1. La población bacteriana que conforma la microbiota intestinal, ayuda a tener un metabolismo saludable y eleva las defensas. Para lograr el equilibrio de la microbiota, se sugiere la administración de prebióticos y probióticos. Un estudio demostró que tras cuatro semanas de ingerir bebidas con probióticos Lactobacillus casei, los participantes tuvieron efectos positivos sobre la función inmune, de acuerdo con el estudio publicado en European Journal of Nutrition.
2. Consumir de cinco a 10 gramos de hongos shitake, cocidos todos los días, durante cuatro meses, demostraron ser eficientes para mejorar el sistema inmunológico, según un estudio realizado por la Universidad de Florida en Gainesville. Mediante el análisis de sangre, detectaron que los participantes, tenían una proliferación de células T gamma delta, que son las primeras en la línea de defensa contra los microbios y que estaban mejor equipadas para matar dichos microorganismos.
3. En un estudio efectuado por la Universidad de Wilkes en Pensilvania, encontraron que los participantes que tenían relaciones sexuales, una o dos veces por semana, tenían mayores defensas contra gérmenes y virus, gracias a que poseían niveles más altos de ciertos anticuerpos.
4. La vitamina D, no es fácil de encontrar en los alimentos; sin embargo, se ha demostrado que ingerir suplementos con esta vitamina, minimiza las probabilidades de sufrir un resfriado, hasta en un 10 por ciento. Lo que habla de un sistema inmunológico fuerte. Incluir alimentos con vitaminas C y B, también es de gran ayuda para elevar las defensas.
5. Tener una mascota en casa propicia la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, según la American Heart Association. Pero al acariciarlo se obtienen más beneficios, como fortalecimiento del sistema inmunológico y la salud en general.
6. Cuando te privas frecuentemente de una buena noche de sueño, también hay más posibilidades de contraer enfermedades del tipo infeccioso, que cuando estás descansado, según información reportada en el estudio sobre sueño e inmunidad, realizado por la Universidad de Washington.