Basada en granos integrales, vegetales, aceite de oliva, frutos secos y un mayor consumo de pescados, logra que aumenten las expectativas de vida, de acuerdo con un estudio publicado en Annals of Internal Medicine; en él se observaron los hábitos alimenticios de más de 10,000 mujeres entre los 50 y 60 años, se comprobó en las participantes que siguieron una dieta mediterránea, tenían más de un 40 por ciento de probabilidades de vivir después de los 70 años.

Es rica en fibras por las legumbres, verduras y frutas, lo que ralentiza la digestión y controla los picos de azúcar en la sangre; además es alta en grasas monoinsaturadas provenientes del aceite de olivo, frutos secos y pescados como el salmón, con efectos antiinflamatorios que logran reducir el colesterol elevado, desvanecer molestias de la artritis reumatoide y el riesgo de desarrollar Alzheimer, de acuerdo con Harvard Medical School.

Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Groningen, evaluaron a más de 1400 participantes, con lo cual descubrieron que está vinculada a una microbiota intestinal más saludable. Por lo que podría ser eficiente para proteger contra enfermedades intestinales.

Sus nutrimentos

Numerosos estudios también han demostrado que la dieta mediterránea, ayuda en la pérdida de peso. Es probable introducirla en el régimen nutricional para convertirla en un hábito saludable, de acuerdo con el Stacey Nelson, Massachusetts General Hospital, que brinda las siguientes claves para seguirla:

– Incluir en el régimen alimenticio: verduras, frutas, nueces, semillas, legumbres, granos integrales, especias, pescados, mariscos y aceite de oliva.

– Consumir con moderación: pollo, huevo, queso y yogurt.

– De vez en cuando: carne roja.

– Evitar: bebidas azucaradas, margarinas, aceite de canola, embutidos, pan blanco y pastas elaboradas con harinas refinadas, azúcar, granos refinados; además de alimentos procesados.