Cuidar lo que comes es básico para tener en equilibrio los microorganismos que conforman tu microbiota intestinal. ¿Sabías que el intestino es importante para mantenerte feliz? En efecto el 90 por ciento de la serotonina, la hormona de la felicidad, se produce en él; pero, no es el único organismo que está regulado en el intestino, el 70 por ciento del sistema inmunológico se alberga en el tracto digestivo.
Algunas recomendaciones básicas son de gran importancia, para incluirlas en tu vida diaria con la finalidad de tener un tracto digestivo en óptimas condiciones:
- No hay soluciones mágicas: en buena medida, porque no hay un intestino sano al 100 por ciento, ni mucho menos dos intestinos iguales. Cualquier solución del tipo “coma este alimento y vivirá sano” es insostenible, porque no existe alimento ni dieta universal que lo resuelvan todo.Tampoco podemos decir que cada organismo reaccione igual con los mismos alimentos.
- Ojo con las dietas: a pesar de estar moda, en dietas como la keto o la paleo, en las que se eliminan prácticamente por completo grupos de alimentos, aún no ha sido posible demostrar beneficios para la salud ni descartar sus efectos secundarios a largo plazo. Por el contrario, la inclusión de una mayor variedad de alimentos —especialmente de origen vegetal— parece ser la clave para una mejor salud intestinal.
- Apuesta por la fibra: desde semillas de chía hasta pan integral, todo lo que contenga fibra es bueno para tu microbiota intestinal. Quizá por eso, la dieta mediterránea sea por ahora la más adecuada para preservar la salud intestinal, ya que se caracteriza por una mayor ingesta de cereales, frutas y verduras, por encima de alimentos de origen animal.
- Considera a los probióticos: son una fuente de bacterias buenas, que ayudan a equilibrar la población bacteriana y sustituir a las malas en la microbiota intestinal; lo cual ayudará a mejorar tu sistema digestivo y tu estado ánimo. Existen varias en formato de tabletas, polvo o gotas, para elegir la ideal para ti, lo recomendable es acudir con el médico, quien debe prescribirlos.
No olvides incluir el ejercicio en tu vida diaria, que te ayudará a manejar de una forma más eficiente al estrés. Tu microbiota también saldrá beneficiada.