Sin importar si nunca la has practicado, te puedes beneficiar de la armonía corporal que brinda al tiempo que desarrollas fuerza. No importa tu condición física, la yoga es inclusiva y poco a poco te aporta beneficios; por ello los osteópatas la recomiendan.
Postura de la pinza
Beneficios: estira literalmente brazos, espalda y piernas. Además sirve como calentamiento.
- De pie, separa las piernas a la altura de las caderas.
- Inclina tu torso al frente y baja como si trataras de tocar con tu pecho los muslos.
- Mantén la espalda y piernas estiradas.
- Trata de abrazar con tus manos las rodillas por detrás. Si aún no lo logras toca con las palmas de tus manos el mat.
- Para inhalar eleva el torso ligeramente y exhala mientras contraes el pecho para tocar los muslos.
- Lentamente regresa a la postura inicial.
Repite al menos tres veces.
Perro boca abajo
Beneficios: tonifica e irriga los nervios de la columna.
- Ubícate con rodillas separadas, a lo ancho de las caderas y palmas de las manos en el tapete, justo debajo de los hombros.
- Lentamente separa las rodillas y extiéndelas mientras elevas las caderas. La idea es crear una V invertida con todo tu cuerpo.
- Trata de que los talones toquen el suelo, vigila que tu espalda esté derecha y trata de que tu cabeza mire al frente hacia las manos. Realiza cinco respiraciones profundas mientras sostienes la posición.
Paloma
Beneficios: activa las piernas y abre el pecho.
- Desde la postura de perro boca abajo, lentamente realiza una plancha, al tiempo que doblas la rodilla izquierda y colocas la espinilla detrás de tus manos.
- Tal vez no logres que quede completamente horizontal, tras de las manos, pero debes sentirte cómoda, mientras que tu pierna derecha permanece totalmente recta, con el empeine sobre el mat.
- Puedes colocar una almohada bajo la ingle, para soportar el peso si eres principiante. Realiza tres respiraciones profundas y vuelve a la postura de V invertida.
- Ahora toca el turno a la pierna derecha de quedar al frente.