Normalmente les tememos especialmente cuando queremos cuidar la figura, sin embargo, puedes repudiarlos sin sentido y además perderte de sus maravillosas propiedades.

  • Aceite de oliva: seguro ni te imaginas que protege el estómago, no genera reflujo esofágico e incluso tiene un poder cicatrizante por lo que reduce las úlceras que sufren algunos de los pacientes con gastritis. Posee el mismo poder desinflamante que el ibuprofeno, por lo que reduce las probabilidades de sufrir de cáncer de mama. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Neurology, evita los derrames cerebrales en personas mayores. Según una investigación de la Universidad de Navarra y Las Palmas de Gran Canaria gracias a las grasas poliinsaturadas reduce hasta en un 30 por ciento as probabilidades de sufrir depresión.
  • Aceite de pepita de uva: gracias a su alto contenido de omega 6 reduce la inflamación y el colesterol de acuerdo con un estudio publicado en el International Journal of Food Science and Nutrition. Es una fuente de vitamina E, ofrece el doble comparado con el aceite de oliva, así que es eficiente para retrasar el deterioro cognitivo, de acuerdo con Mayo Clinic. Protege la piel de los radicales libres, así que evita la formación de arrugas prematuras.
  • Aceite de sésamo: un gran aliado de la salud bucal, ya que previene el sangrado de encías, garganta seca e incluso previene la formación de caries. Basta con aspirar su aroma para descongestionar los senos nasales en caso de resfriado. Disminuye los síntomas de síndrome premenstrual. Nutre el sistema nervioso, así que además de desvanecer la fatiga reduce la tensión que genera el estrés.