Hoy ya no es tan complicado elegir uno, sólo hay que seguir ciertas pautas:

  • Pregunta: no es lo mismo tratar de ahorrar para comprar una casa de contado (que habitarás hasta que hayas pagado), que pagar el total de la casa en mensualidades y habitarla desde el inicio. Los bancos te ayudan a hacerte de un patrimonio, pero sin quedarte sin dinero en el intento. Sólo tienes que acercarte y preguntar; ellos te van a guiar.
  • Conoce diferentes opciones: entra a las páginas de los bancos para conocer las características los créditos hipotecarios y compara dos o tres opciones. Fíjate en plazos, tasa de interés y también en el Costo Anual Total (CAT, que entre más bajo, es mejor), así como en la posibilidad de adelantar pagos sin que te penalicen por ello. Puedes incluso encontrar simuladores para que sepas cuánto vas a pagar mes a mes. Aquí un ejemplo.
  • No pagues de más: el promedio de la tasa de interés de créditos hipotecarios va entre 8.5 y 11%, aunque algunos bancos mejoran esta tasa por pago oportuno (esto es fácil si tienes el hábito del ahorro) o por tener tu nómina en esa institución (puedes pedir portabilidad de tu nómina al banco que más te convenga). Pregunta los requisitos para tener acceso a la mejor tasa disponible.
  • Ahorra tiempo: un crédito hipotecario no es cualquier cosa, pero tampoco debe tomar demasiado tiempo en el trámite. Si lo que buscas es rapidez en la atención y la respuesta a tu solicitud, Scotiabank, por ejemplo, te resuelve en 24 horas.
  • Asegúrate: una casa es un bien necesario, tu patrimonio, y no debes dejarla desprotegida. Muchos créditos hipotecarios incluyen seguros de desempleo sin costo, o seguros de vida y de daños para que no te preocupes ante alguna eventualidad. ¡Acéptalos!