Las estadísticas señalan que cuando alguno de los padres padece alergias alimentarias existe un 8 por ciento de probabilidades de que los hijos también las sufran.
Algunos síntomas te servirán para detectarlas: erupciones en la piel, comezón, náuseas, vómito y diarrea están asociados a este padecimiento, cuya prevalencia ha registrado un incremento considerable en los últimos años, donde se calcula que ya afecta a entre 4 y 8 por ciento de los niños en el mundo.
Los causantes
Aunque en teoría cualquier cosa que comamos podría provocar una reacción adversa, se tienen identificados ocho alimentos que son responsables de más del 90 por ciento de los casos de alergia alimentaria. Estos son: leche, huevo, soya, trigo, cacahuate, nueces, pescados y mariscos. En el caso de los niños menores de un año, la leche de vaca es el que más desata alergias.
“Anteriormente se pensaba que esos alimentos se debían evitar a fin de disminuir el riesgo de alergia alimentaria, incluso durante el embarazo y la lactancia. Lo cierto es que esta medida no sólo no reduce el inconveniente, sino que además puede tener efectos negativos en la nutrición tanto de la madre como del bebé”, advierte la Dra. Sydney Greenawalt, médico pediatra con maestría en nutrición clínica.
Solución certera
Sin embargo con la debida orientación pediátrica se pueden identificar las alergias con certeza y recurrir a los productos nutricionales adecuados para no alterar el correcto desarrollo. Nutricia es una alternativa que ofrece varias soluciones alternas especializadas y que están respaldadas por años de investigación científica.