Cuidados especiales a las vacas generan una leche con propiedades únicas. El término orgánico indica una forma de cultivar que está en armonía con la naturaleza y que es sustentable.

Una fórmula infantil orgánica, significa que es libre de:

  • Residuos químicos sintéticos 
  • Conservadores
  • Colorantes y saborizantes artificiales
  • Residuos de pesticidas e insecticidas
  • Fertilizantes artificiales 
  • Residuos de hormonas sintéticas y de crecimiento
  • Organismos genéticamente modificados (GMO)

Esto es importante ya que un número creciente de estudios demuestran que los bebés son más vulnerables a los efectos tóxicos de los pesticidas que los adultos. Cuando se expone al pequeño, el hígado y los riñones inmaduros no pueden eliminar los plaguicidas del cuerpo como los de un adulto. 

Adicionalmente, la primera infancia es la etapa más importante en el desarrollo de la función cerebral y del desarrollo de los órganos para toda la vida. Sin embargo, si el proceso de desarrollo se detiene o se inhibe, hay pocas posibilidades de reparación. Por lo tanto, la comida de un bebé debe ser la más pura, de la mejor calidad y lo más nutritiva posible.  

El uso excesivo de plaguicidas es motivo de preocupación en México. Se han encontrado altos niveles de contaminantes tóxicos (por ejemplo, metales pesados, plaguicidas) en el suelo, el agua y las plantas y especies animales y se han identificado efectos adversos en la salud humana, especialmente en los niños. 

Solo lactosa: sin azúcares añadidos

La lactosa es la única azúcar natural que se encuentra en la leche materna. Es fundamental como fuente de energía para un crecimiento y desarrollo, y ayuda a la absorción de calcio, fósforo y magnesio. Además es la única azúcar propia de la leche materna y por lo tanto la única que debería de contener una fórmula.

Sin embargo, muchos alimentos infantiles son adicionados con otros azúcares como jarabe de maíz, maltodextrina, fructosa y sacarosa. Dichos azúcares tienen un mayor índice de dulzor que la lactosa, lo que contribuye a malos hábitos alimenticios desde una temprana edad. Adicionalmente, los azúcares añadidos pueden contribuir a hiperactividad, problemas para dormir, falta de concentración, depresión, diabetes y obesidad infantil, entre otros efectos. Estas consecuencias son aún más graves en un país como México con índices tan altos de obesidad y diabetes infantil. 

HiPP cumple con su promesa de ofrecer una nutrición sana para los niños y por lo tanto ningún producto de HiPP México contiene azúcares añadidos.