He descubierto que al aplicarla tópicamente puede convertirse en una fabulosa aliada para resolver algunos problemas de la piel, gracias a que sus aceites esenciales tienen propiedades calmantes, purificantes, tonificantes y equilibrantes. Sólo es cuestión de elegir la esencia adecuada al problema de la piel.
- Piel seca, adopta el aceite esencial de rosas, las investigaciones demuestran que reduce la inflamación por sus propiedades antioxidantes, pero también posee efectos antimicrobianos. Inhibe la pérdida de agua en la piel, digamos que actúa como un escudo y mejora la calidad de la piel. Se sugiere especialmente en la menopausia que el cuerpo se reseca fácilmente.
Uso: combina unas 20 gotas en un recipiente de 100 ml de aceite de coco orgánico. Agita antes de usar, rocía sobre el cuerpo y frota suavemente. Incluso te servirá como fragancia.
- Irritación, ¿el sol y el aire seco logran que tu rostro se torne rojo e irritado? La opción para ti es el uso de aceite esencial de geranio, que tiene efectos desinflamantes, calmantes e incluso hidratantes. Te encantará ya que también mejora la elasticidad, aumenta la circulación sanguínea por lo que aporta luminosidad al cutis. Su delicado aroma también es óptimo para calmar el sistema nervioso.
Uso: Verte en un difusor algunas gotas con agua, rocía sobre la piel y desvanece con la ayuda de las manos.
- Arrugas, la lavanda tiene un gran poder de hidratación y además activa la circulación. Lo ideal es utilizarlo como una mascarilla para remover las células muertas y estimular el flujo de la linfa.
Uso: mezcla 2 cucharadas de avena con una cucharada de miel y 3 gotas de aceite de lavanda. Distribuye sobre el rostro con movimientos circulares y enjuaga después de tres minutos con agua tibia. Emplea como humectante también, mezcla aceite de rosa mosqueta con 10 gotas de lavanda y usa un poco a diario para hidratar el rostro.