Un aspecto radiante, es sinónimo de salud en el rostro. Lograr que el tuyo se vea espectacular es más sencillo de lo que imaginas, basta con implementar ciertas estratégicas en tu rutina de belleza.
Limpieza: es imprescindible que lo hagas al despertar para exterminar las toxinas e impurezas que tu piel excretó durante su proceso de reparación por la noche. Antes de acostarte también es vital para retirar polvo y contaminación, que le proveen un aspecto apergaminado. No sólo es importante emplear un gel o jabón ideal para tu tipo de cutis, también es necesario que uses agua tibia o fría para retirarlo y que seques con pequeñas palmaditas sin restregar.
Mascarilla exfoliante: una vez por semana es una buena idea, para purificar los poros, lo que incluso logrará que se minimicen y que los productos penetren a profundidad. Tu misma puedes preparar una con propiedades hidratantes. Basta con mezclar una cucharadita de avena pulverizada, con una cucharadita de azúcar, una cucharadita de miel y ½ cucharadita de aceite de oliva. Unta con suaves movimientos circulares, continúa con la suave fricción por dos o tres minutos, deja reposar por cinco minutos y enjuaga con agua tibia. Nunca emplees agua caliente.
Hidratación: por dentro, debes tomar al menos seis vasos de agua e incluir frutas y verduras que también nutren e hidratan la dermis. Pero también es una buena idea vaporizarla con agua termal, una vez que la limpiaste e incluso varias veces a lo largo del día. Notarás como ese aspecto apagado, desaparece con estas dos acciones.
Maquillaje mineral: es ideal hasta para pieles sensibles, lo mejor es que no poseen activos irritantes que podrían producir enrojecimiento. Lo mejor es que calman y brindan un aspecto claro y nítido que hace que tu epidermis luzca realmente espectacular.