Transformar tu vida para entrar en equilibrio, es más sencillo de lo que parece, pequeñas pero gratificantes acciones, serán tus aliadas para lograrlo:
- Saborea, mientras lo haces tus sentidos del gusto y olfato son esenciales, ya que te bridan información sobre tu alimentación. Lo mejor es que mientras lo haces, tus glándulas salivales y jugos gástricos, inician el proceso de digestión. La idea es que disfrutes la experiencia, incluso desde el momento de preparar los platillos, lo cual te conducirá a practicar la atención plena.
- Aspira, no nos referimos a disfrutar de los aromas, sino a que tengas un propósito y al cumplirlo, te brindará una dosis de optimismo. Cada vez que cumples tus sueños, superas obstáculos y te llenas de fortaleza. Incluso un estudio realizado por University of BATH, detectó que quienes imaginan un futuro lleno de optimismo, son más felices.
- Empatiza, requiere de una capacidad de imaginar y comprender, los pensamientos o sentimientos de los demás. Al hacerlo eres menos crítico, con los que te rodean e incluso lograrás dejar a un lado, las frustraciones y enojos que genera la impotencia. De hecho, también te permite desarrollar paciencia y al mismo tiempo, alimenta positivamente las relaciones en tu vida.
- Da, ¿sabías qué obtiene más beneficios, el que brinda que el receptor? Los estudios también han comprobado, que disminuye los niveles de estrés y hasta el enojo. En Case Western Reserve University, se realizó un estudio sobre el amor ilimitado, el cual permitió descubrir, que el altruismo y la compasión, aumentan el bienestar y retrasan la mortalidad.
- Ejercitarse logra que te revitalices, mejora la calidad de sueño y hasta te anima, a consumir alimentos más saludables.
Al introducirlos en tu vida diaria, no sólo vivirás mejor, también los que te rodean recibirán efluvios de bienestar.