Antes acudías al mercado o al súper a comprar los víveres que necesitabas. Sin embargo, ahora vas al centro comercial que más bien está diseñados como centro de entretenimiento, para que te sientas cómoda y que encuentres a tu paso cosas que no necesitas pero que puedes adquirir por impulso.
Actualmente vivimos en una sociedad consumista y todos de una forma u otra participamos en él. No importa lo tacaña que seas, ir de compras te brindará satisfacción, te hará sentir poderosa y generará una sensación de abundancia que no es fácil adquirir a través de otras actividades.
Terrible tentación
Las baratas, ¿qué ocurre en ellas? Comprar cosas nuevas adquiere un nuevo significado en la mente, implica cambio e incluso liberas dopamina que genera placer y te invita a realizar repetidamente actividades que la estimulan, de acuerdo, con New Medical Life Sciences.
Ver algo que te gusta y desearlo también libera dopamina y activa ciertas regiones del cerebro, según estudios realizados por la Universidad de Brunel de Londres, por lo que tu estado de ánimo mejora y te sientes más feliz
Probablemente puedes resistir al impulso de comprar cuando no hay baratas, al tratar de ahorrar y obtener el producto después a un precio más bajo. Yo y mi mamá tenemos una práctica, cuando vemos algo decimos, si me espera a las rebajas, es que era para mí.
El problema radica en que tu cerebro se sentirá atraído por las baratas de la temporada pasada y por las prendas o accesorios de la nueva temporada. Un estudio de Nielsen, asegura que el 63 por ciento de los consumidores valora la aparición de nuevos productos.
La adicción a la dopamina crece en algunas personas, por lo que compran compulsivamente.