Debes saber que el microbioma de las manos, se encuentra en constante flujo y es un vector de bacterias provenientes de objetos inanimados, mascotas, personas y superficies; capaces de albergar especies patógenas, como el Staphylococcus aureus o Escherichia coli, de fácil transmisión al contacto con alimentos.
Por ello, es vital el lavado de manos frecuente, especialmente en época de calor. Actualmente es indispensable e ineludible, para evitar el contagio del COVID-19 a las mucosas de nariz, boca y ojos.
En caso de no poder lavarlas, los especialistas de la salud sugieren el uso de sanitizantes, que deben contener al menos un 70 por ciento de alcohol, para eliminar al contacto gérmenes, virus y bacterias.
Desafortunadamente, no sólo aniquilan microorganismos patógenos, también lo hacen con aquellos que protegen, además de dañar los lípidos y ácidos grasos naturales de la dermis; con estas acciones se daña la barrera de la piel; lo que podría acarrear problemas, como dermatitis por contacto e infecciones cutáneas raras.
Acciones de guerra
Afortunadamente tu microbioma de la piel, puede repoblarse fácilmente; pero ciertas medidas permitirán que no se vea afectada ante la constante limpieza:
- Sólo emplea los sanitizantes con base de alcohol, cuando estés lejos del agua y jabón.
- Prueba a tener un jabón que incluya entre sus ingredientes aloe vera, miel, avena o neutros, que además son gentiles con la piel.
- Es indispensable hidratar las manos después de cada lavada, con una crema altamente humectante que posea karité.
- Por la noche prueba a darte un tratamiento intenso de hidratación, esparce una capa abundante de aceite de coco orgánico, cubre tus manos con guantes de algodón y duérmete con ellos. Al despertar las sentirás súper suavecitas.