Lamentablemente, este crimen existe porque hay “oferta” de personas y “demanda” de servicios, por lo que la sociedad juega un papel fundamental para la prevención y erradicación del delito.
La trata de personas con fines de explotación sexual comercial es una modalidad que tiene mucha fuerza, que atenta directamente contra la libertad humana, la dignidad, y el derecho a una vida libre de violencia. Te voy a contar unos datos alarmantes:
– Es la tercera fuente de ingresos del crimen organizado después del tráfico de drogas y de armas.
– Genera alrededor de 32,000 millones de dólares al año en todo el mundo. (Según cifras de UNODC).
– En México existen 341,000 personas esclavizadas, es considerado un país de origen, tránsito y destino.
– Se estima que existen más de 80,000 niños y niñas víctimas de explotación sexual.
– Se calcula que el índice de vulnerabilidad en nuestro país es del 57.3%, considerando los factores de riesgo que facilitan el crimen de la trata entre los que se encuentran:
- Discriminación por género.
- Violencia familiar y social generalizada.
- Pobreza y carencias sociales generalizadas.
- Sistemas de justicia y seguridad pública deficientes.
- Precariedad económica y condiciones laborales de explotación.
- Migración interna o internacional.
Aún con las cifras alarmantes no todo es indiferencia, desafortunadamente las acciones están lejos de ser suficientes, pero por alguna parte hay que empezar. Existen acciones tanto del Gobierno como de la Sociedad Civil enfocadas en erradicar el problema de la trata de personas, desde Fiscalías Especiales de Trata a partir de la aplicación de la ley, hasta organizaciones dedicadas a la investigación del crimen, sensibilización, prevención y difusión, así como para la atención y rehabilitación directa de víctimas.
Un programa aliado
Una de las cinco organizaciones de la Sociedad Civil que se concentran en este reto es Fundación Camino a Casa, y su objetivo es dar atención integral a largo plazo a niñas y adolescentes sobrevivientes de la trata de personas en su modalidad de explotación sexual comercial infantil. Para cumplir su misión de rehabilitar y reincorporar a la sociedad, con una vida sana y productiva a estas niñas y jóvenes, ha desarrollado el primer modelo de atención personalizado en México; un programa integral de mediana y larga estadía como ninguno otro en el país con el primer Refugio de Alta Seguridad especializado en la atención integral de víctimas de este delito a través de un programa personalizado.
Con 200 sobrevivientes atendidas, 186 de las cuales ya se han reintegrado a la sociedad, el programa de la Fundación tiene un modelo de atención con 5 áreas de acompañamiento que van desde la legal, psicológica, escolar, trabajo social (en el que se diseña un proyecto de vida individual) y de comunidad (amigas y amigos de la causa en forma de voluntariado).