Los probióticos, tanto incorporados a alimentos como en suplementos, se consolidan como una de las tendencias más populares para el cuidado de la salud nutricional en México y el mundo.

Son eficaces lo mismo para controlar la diarrea, para prevenir obesidad, alergias y enfermedades autoinmunes. Actualmente se estima que el valor del mercado global, de los probióticos, es de 37 mil millones de dólares a nivel global.

El Dr. Alfredo Madrigal, especialista de Biocodex, atribuye este comportamiento del consumidor al hecho de que ahora se sabe que microrganismos como las bacterias son vistos ya no solamente desde la perspectiva de la enfermedad, sino también como aliados para el bienestar.

En la actualidad, hay una gran variedad de probióticos en el mercado, tanto incorporados a alimentos como en presentaciones de suplementos alimenticios y medicamentos. Pero no todos ofrecen las mismas garantías en cuanto a su efectividad ni cumplen con las medidas de seguridad recomendadas.

“Los yogures y otros productos lácteos se comercializan como fuentes de probióticos en lo que se considera un alimento sabroso y fácil de consumir. El punto es que no todos tienen microrganismos vivos y activos o, al menos, no en cantidades suficientes para lograr un efecto terapéutico. En ese sentido, los probióticos administrados como medicamentos proporcionan dosis más consistentes y altas, lo que los hace más efectivos”, explicó el Dr. Madrigal.

A fin de garantizar efectividad y seguridad, el elegir un probiótico, siempre verifica:

  • Que en su etiqueta se especifique género, especie y cepa, junto con el número de células de cada cepa probiótica que permanecerán vivas hasta el final de la vida útil del producto.
  • Dosis adecuadas en que habrá de administrarse hasta el final de la vida útil del producto.
  • Que haya demostrado efectividad en estudios controlados en humanos.