Siempre corremos para cumplir con todas las actividades de la agenda lo que provoca estrés. Provoca que el cuerpo genere hormonas como cortisol y adrenalina, por lo que hay un incremento en el ritmo cardíaco y la respiración. Las largas jornadas laborales también lo detonan y si el problema se vuelve crónico habrá ansiedad, además de aumentar el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades.

Algunas prácticas pueden ayudarte a desvanecerlos:

  1. Controla tus pensamientos, el darle miles de vueltas a un problema no lo desaparecerá, pero si puede hacer que lo veas más grande de lo que en realidad es. Ponerte a leer, sacar a pasear a tu perro o hablar con una amiga, podrían ser algunas opciones para cambiar tus pensamientos.
  2. Trata de no ingerir bebidas con cafeína, ya que es un estimulante de adrenalina y lo que estás buscando es contralarla, no incitarla. No tomes café, té negro, refrescos de cola o chocolate.
  3. Mantén estables tus niveles de azúcar en la sangre, lo que te mantendrá tu ánimo en balance. Lo ideal es tomar dos pequeños snacks entre comidas, que pueden ser un puñado de frutos secos, una tostada con atún, una rebanada de pan integral con aguacate, una manzana.
  4. Haz un alto para respirar, sólo siéntate con la espalda recargada en el respaldo de una silla, inhala al tiempo que inflas tu abdomen como un globo, exhala mientras lo vacías como si quisieras tocar la espalda. Cuenta hasta cuatro al inhalar y realiza el mismo conteo al exhalar. Repite cinco veces.
  5. Olvídate de flagelarte, trata de mantener tu mente positiva mientras cierras suavemente tus ojos con la yema de los dedos apoyados en ellos. Este simple movimiento te centrará en el momento y te despejará de los malos pensamientos.
  6. Escuchar música suave, también te relajará.