¿No has logrado deshacerte de esos kilitos de más que se han acumulado lentamente durante los últimos meses en la cuarentena y las fiestas? Restringir lo que comes, hasta consumir sólo apio o sopa de verduras no es una buena idea. Como lo lees, comer reducidas cantidades puede ser ese obstáculo en tu camino, que impide que la báscula marque un menor peso cuando te subes.

Lo que sucede en este particular caso, es que el metabolismo disminuye y por lo tanto se genera una menor quema de calorías. Es como una señal de alerta que recibe tu cuerpo, él cree que debe almacenar ya que se avecina una sequía y requiere retener esas calorías para conservar energía.

Tu cuerpo lo que necesita es la cantidad adecuada de calorías para sentirse seguro, gracias a que recibe las porciones adecuadas de alimentos, que deben ser balanceados. Es decir, tu dieta debe tener carbohidratos, grasas saludables, proteínas, vitaminas y minerales.

Los nutrientes ricos en fibra son aliados invaluables, ya que tardan más en digerirse, lo que evita que tengas constantemente antojos, al emplear más energía para digerirlos se queman más calorías. Lo mejor, optimizan el tránsito intestinal y evitan que sufras de estreñimiento, inflamación abdominal y flatulencias.

Complementar la dieta con entrenamiento es vital para agilizar la quema de calorías, al tiempo que elevas tu estado de ánimo e incluso te permitirá tener un sueño reparador.

Además, se ha comprobado que cuando comes las porciones adecuadas, te sientes con la energía suficiente para ponerte en movimiento y olvidar el sedentarismo, que conduce inexorablemente a la obesidad.

Siempre que la fatiga te domine, pregúntate si estás comiendo lo suficiente. Mantenerse hidratado, es vital para complementar una dieta saludable.