Hay personas que comen por motivos emocionales, para suprimir o calmar emociones negativas, como estrés, ira, temor, aburrimiento, tristeza y soledad. Los eventos importantes de la vida o, más comúnmente, las premuras de la vida cotidiana pueden desencadenar emociones negativas que conducen a una comer por motivos emocionales y perturban los esfuerzos para bajar de peso.

Los especialistas de Mayo Clinic señalan que estos desencadenantes podrían incluir:

  • Conflictos en las relaciones personales
  • Trabajo u otros factores estresantes
  • Cansancio
  • Presiones financieras
  • Problemas de salud

El efecto de la comida es temporal, las emociones regresan y probablemente sientas el peso adicional de la culpa por haber retrocedido en el camino hacia tu meta para el peso. Esto también puede llevar a un círculo vicioso: tus emociones disparan el impulso de comer en exceso, pero luego te culpas por desviarte de tu meta para el peso y debido a que te sientes mal, nuevamente, comes en exceso.

Vuelve al buen camino

Los especialistas de Mayo Clinic nos dan algunos consejos que pueden ayudar a evitar comer por motivos emocionales:

  • Domina el estrés, prueba las técnicas para controlar el estrés, como el yoga, la meditación o la respiración profunda.
  • Verifica si realmente tienes hambre, ¿sientes hambre físicamente o es una reacción emocional? Si comiste hace solo unas horas y tu estómago no hace ruidos, probablemente no tengas hambre. Dale tiempo al antojo para que pase.
  • Lucha contra el aburrimiento, en lugar de comer bocadillos cuando no tienes hambre, distráete y opta por un comportamiento más saludable. Ve a dar un paseo, ve una película, juega con tu gato, escucha música, lee, navega por Internet o llama a un amigo.
  • Elimina la tentación, no tengas en casas esos alimentos tan tentadores y difíciles de resistir. Cuando te sientas enojado o triste, pospón el viaje al supermercado hasta que tus emociones vuelvan a la normalidad.
  • Come bocadillos saludables, si sientes la necesidad de comer entre comidas, elige frutas frescas, vegetales con un aderezo bajo en grasa, nueces o palomitas de maíz sin mantequilla.
  • Aprende de los errores, perdónate y comienza de nuevo al día siguiente. Trata de aprender de la experiencia y haz un plan para evitarla en el futuro. Concéntrate en los cambios positivos que haces en tus hábitos alimentarios y felicítate porque gracias a ellos serás una persona más sana.