Cada cuerpo es diferente, pero los snacks nutritivos pueden convertirse en esos aliados que necesitas para no morir de hambre antes de la siguiente comida, e incluso para evitar sentir fatiga a media tarde o media mañana.

Por lo regular, la mayoría de los regímenes nutricionales sugieren cinco comidas, lo que incluye tres snacks. Sin embargo, sino los eliges adecuadamente pueden convertirse en una bomba calórica y no brindarán resultados positivos. Es decir, provocarán que aumente de peso e incluso propiciarán que te sientas con sueño después.

¿Qué ocurre? Un snack debe incluir nutrientes, bajos o nulos en azúcar y promover saciedad, de acuerdo con un estudio publicado en Journal Advances in Nutrition. La porción debe contener no más de 200 calorías. Si consumes alimentos dulces, como suele ocurrir, un pastelillo o unas galletas, es probable que tus niveles de glucosa suban de golpe, y después descenderán vertiginosamente, lo que produce esa sensación de cansancio.

Así que lo ideal es planearlos, incluso cuando realizas las compras para que consumas alimentos saludables y los tenga a tu alcance. Lo ideal es consumirlos tres horas después de una comida fuerte y no esperar hasta que te sientas hambrienta, ya que sentirás una necesidad voraz de continuar comiendo.

Opciones saludables

  • Prueba a tomar un té que tenga leche como el golden milk, no sólo es una excelente opción como snack también tiene ingredientes que agilizan la digestión, elevan el ánimo. No lo consumas endulzado con miel o azúcar.
  • Las proteínas son vitales en el refrigerio, ya que son excelentes para brindar saciedad. Así que puedes apostar por un vasito de yogur griego con zarzamoras o un puñado de ocho almendras. Hasta un huevo duro, con una pizca de sal y limón podría ser una excelente opción.
  • El hummus con zanahorias, es otra buena recomendación pues posee la fibra que proveen los garbanzos que en conjunto con el vegetal, agilizarán tu digestión.

Para que sea un snack, prueba a levantarte de la computadora o deja lo que estés haciendo mientras lo comes, para que tu cerebro y tu visión observen tu bocadillo. Cuando no miras lo que ingieres es muy probable que no sientas saciedad.