A veces son las ocho de la mañana y nos sentimos como si lleváramos toda una jornada. Pues te levantaste temprano a hacer ejercicio, corriste a bañarte, te atragantaste un pan tostado con café, atendiste una video conferencia a las 7:30 A.M. y ya estás enviando un reporte.

¿Te suena familiar? Lamentablemente no es sólo un día lleno de actividades, toda tu semana es parecida e incluye sábado y domingo. Lamentablemente te sientes agotada y sobre pasada con tantas actividades. Tal vez no puedes ni levantarte por las mañanas y en las noches no logras conciliar el sueño, porque mil pendientes rondan tu cabeza.

Integrar algunos hábitos en tu estilo de vida, podrían ser la diferencia. Como siempre digo, los pequeños detalles crean grandes cambios. ¿Estás lista?

  1. Es probable que tan sólo pensar en el cúmulo de actividades que te esperan en el día, te invite a cubrirte nuevamente con las sábanas. Pero, ¿qué tal si le ves el lado positivo? Prueba a iniciar con alguna actividad que te agrade, eso ya cambiaría la perspectiva y te brindaría emoción.
  2. Olvídate del deber, en efecto. Si siempre piensas “debo hacer la revisión”, ya le estás dando un carácter de carga. Realiza una lista de tus actividades diarias, las que te agradan y las que no. Prioriza y ve agregando una palomita a cada una, sin mirarlas como una carga. Tal vez al final del día aún no las terminas. Felicítate por tus logros y no te reprendas. Mañana será un nuevo día.
  3. Aprecia lo que tienes, se ha descubierto que ser agradecido te proporciona un estado positivo, eleva tu sistema inmune, mejora tus relaciones con los demás y logra que veas los eventos adversos con un toque de positivismo, de acuerdo con Harvard Medical School.
  4. Escucha a tu cuerpo, si te duele la espalda o sientes hambre, es momento de levantarte de la computadora. Puedes empezar por estirarte, beber un poco de agua y comprobar si realmente tienes el estómago vacío o sólo tenías sed. A pesar de que piensas que pierdes el tiempo, esos cinco minutos son valiosos, pues te permiten descansar, evitan que los ojos se sequen, que la tensión se acumule en tu espalda e incluso refrescan tu mente.