Con la llegada de febrero las tiendas comienzan a cambiar su decoración, todo se llena de rojo y rosa para celebrar el Día de San Valentín. En algunos casos la agenda se empieza a llenar de reuniones con los amigos y especialmente el 14 de febrero se idealiza la cita romántica con la pareja. Hoy se han disparado los sueños idílicos alrededor de esta fecha especial con el bombardeo de las redes sociales.
¿Existe una presión social hoy en día que pueda afectar a la salud mental? “Sí, existe una presión social, agravada por la exigencia de la perfección y de las vidas idílicas que muestran las redes sociales y que pueden aflorar problemas de salud mental. Sobre todo, hay que incidir en ayudar a los jóvenes y adolescentes para que puedan descubrir las señales de alarma que detecte un amor nocivo y así saber evitarlo o ponerle fin. Es importante desterrar los viejos mitos del amor romántico, que tanto daño hacen a nivel de autoestima” indican desde la Clínica López Ibor.
¿Cómo podemos afrontar San Valentín para cuidar la salud mental?
Para los expertos de la López Ibor, “el amor sano podría entenderse como un sentimiento que se basa en la construcción y mantenimiento de un vínculo, basado en el apego a otra persona que aporta una serie de beneficios a nivel emocional, social y personal, y, con quien se decide estar, no por necesidad o porque de él o ella dependa la propia felicidad y el bienestar de uno mismo”.
Las redes sociales también han sido las potenciadoras de crear una fecha alternativa al conocido San Valentín. El día anterior, el 13 de febrero, se celebra desde hace años el Día del Soltero, como homenaje a todos “singles” del mundo. En algunos países como EEUU, Inglaterra o Canadá, se celebra como un auténtico anti san valentín, con mensajes centrados en que lo más importante es quererse a uno mismo.
“El mito del amor romántico nos ha hecho creer que estar soltero/a equivale a estar solo/a, y no ser reconocido o aceptado por nadie, y eso no es verdad. Por tanto, el amor como complemento sin obligado cumplimiento a esa reciprocidad nos va incrementar el bienestar, pero no significa que, si estamos sin pareja, no podamos ser felices y sentirnos llenos. Es decir, la necesidad de sentirnos queridos y amados fuera de la relación de pareja la podemos encontrar en la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, etc., y podemos afirmar que se puede ser totalmente feliz, sin tener pareja”concluyen los expertos de la Clínica López Ibor.