Los aromas actúan sobre las áreas del sistema nervioso central que se ocupan de las emociones, los recuerdos y las acciones más instintivas. Por lo tanto, explorar la ciencia de la aromaterapia comienza con la interconexión entre la nariz y el cerebro, es decir, con el nervio olfativo.

La cavidad nasal está llena de receptores que recopilan información de lo que inhalamos. Dicha información se envía al bulbo olfatorio, alojado en el cerebro anterior, para su procesamiento.

Las partes importantes del cerebro se conectan directamente con el bulbo olfatorio, pero por efecto de la aromaterapia, el hipocampo y la amígdala son los más interesantes. Esto se debe a que estas dos áreas están ligadas respectivamente, a los recuerdos y a las emociones.

Otras investigaciones se han centrado en cómo estas conexiones neuronales se manifiestan en vínculos entre el aroma, la memoria y las emociones. Los estudios han arrojado constantemente datos que respaldan la capacidad de los aromas de desencadenar recuerdos y una variedad de sensaciones: calma, energía y bienestar.

Una vez que has descubierto las maravillas que produce la aromaterapia, ¿cómo elegir tu aroma?

Cada persona tiene sus olores favoritos: los que la hacen sonreír o le traen un recuerdo feliz. Esta búsqueda promueve sensaciones de calma o serenidad, gracias a los recursos aromáticos frecuentemente proporcionados por los aceites esenciales (potentes destilaciones de materia vegetal).

Seleccionar el aroma adecuado para una experiencia personal es complicado por la gran cantidad de opciones disponibles, pero no te preocupes, los enfoques modernos y las tradiciones ancestrales pueden ser una guía:

  • Para encontrar calma, recurre a la lavanda, vainilla, jazmín, Ylang Ylang, rosa, manzanilla, geranio, bergamota, albahaca.
  • Energízate con los aromas cítricos (especialmente limón y naranja dulce), menta, romero, canela, tomillo y eucalipto, generan sensaciones de vitalidad.

Las anteriores, son sólo algunas opciones, pero también puedes crear tus propias mezclas, con la experta asesoría de USANA:

  • Romero, lavanda, naranja y menta
  • Eucalipto, menta, albahaca, árbol de té y romero
  • Limoncillo, naranja, madera de cedro, lavanda e incienso
  • Limón, eucalipto y limoncillo
  • Lavanda, eucalipto e incienso

Para disfrutar de sus beneficios puedes aspirarlos, dispersar en el ambiente a través de difusores o poner unas gotitas en el agua del baño o rociarlos sobre la almohada, para dormir. Cualquiera que sea el enfoque, los aromas ayudan a escapar de la rutina para producir una sensación de bienestar.