La inflamación abdominal, que suele ser dolorosa y en ocasiones está acompañada de estreñimiento, es otro de los efectos adversos del estrés; el enemigo silencioso. 

¿Por qué afecta el sistema digestivo? Sabías que pose conexiones del sistema nervioso y neuronas que son influenciadas por el cerebro. En pocas palabras los intestinos son parte del sistema nervioso. Cuando el estrés provoca una alerta el suministro de sangre al sistema digestivo se desvía a otros órganos como el sistema cardiovascular.  Por ello, se reduce la secreción de enzimas digestivas, como el ácido estomacal, bilis y se dificulta la digestión de alimentos que presionan el tracto digestivo.

La microbiota intestinal también responde al estrés, lo que crea un desequilibrio y se genera una mayor permeabilidad del revestimiento intestinal ocasionando no sólo inflamación abdominal, también reduce la efectividad del sistema inmune, causa reflujo y hasta es responsable de la aparición del síndrome del intestino irritable.

¿Qué puedes hacer para remediarlo?

  • Come en calma, es decir, concéntrate en los sabores y aromas. Olvídate de ver tus redes sociales o la televisión mientras comes. Es imprescindible que masques correctamente los alimentos.
  • Integra fibra en tu dieta, ya que agilizará el tránsito digestivo. Opta por manzanas, plátanos, avena, y frijoles que ofrecen fibra soluble, según reportes de UCSF Health.
  • Para equilibrar las bacterias que conforman tu microbiota consume alimentos ricos en probióticos que encontrarás en el yogur, chucrut, kimbucha, kéfir, kimchi, pepinillos y tempeh.
  • Restringe el consumo de alimentos procesados y ricos en azúcar que generan inflamación.
  • Practica técnicas de relajación como la meditación, que ayuda a reducir el estrés al calmar la mente y brindar relajación.
  • No guardes tus emociones, platicar con amigos es una gran terapia para reducir el estrés.