En los últimos años, la sociedad ha dado un giro notable hacia una mayor aceptación del cuerpo y una visión más positiva. Se anima a las personas a evaluar su salud y bienestar no en función de su peso o su apariencia, sino en función de cómo se sienten. Al fin y al cabo, cada persona —y cada cuerpo— es diferente. Así que, naturalmente, el bienestar es un poco diferente para cada quien, y lo mismo ocurre con la aptitud física o fitness.

Sin embargo, la retórica y las prácticas que rodean el estado físico personal no han captado realmente este hecho. La mayoría de las personas piensan en el buen estado físico en términos limitados: una persona “en forma”, según la mayoría, es alguien que va al gimnasio, alguien que cuenta calorías, alguien que sale a correr cinco veces a la semana, etc. Si bien esta visión funciona para algunas personas, para otras puede ser desalentadora.

Así que si has llegado a sentirte desanimado puede que sea el momento de dar un paso atrás y redefinir lo que significa el estado físico. Los expertos de USANA te brindan unas pautas para lograrlo:

  • Replanteate el fitness: encontrar el porqué

Querer “ponerte en forma” o mejorar el estado físico es uno de los objetivos más comunes que nos planteamos y uno de los peor definidos.

Muchos piensan que estar “en forma” es únicamente en términos de peso. Los beneficios del ejercicio son de largo alcance, y por eso hay docenas de formas de definir lo que es estar “en forma” para uno mismo, y otras tantas de medir el progreso hacia ese objetivo.

Antes de establecer tus objetivos, es necesario que tengas claro por qué quieres hacerlo. ¿Deseas mejorar tu resistencia cuando sales a hacer mandados y te enfrentas a las exigencias físicas del día a día? ¿Está entrenando para un evento o una temporada deportiva? ¿Quieres perder unos cuantos kilos? ¿O simplemente quieres sentirte mejor? La motivación es completamente personal.

También es importante que te mantengas asesorado por un profesional de la salud en tu alimentación y en tus ejercicios, para que las rutinas que realices beneficien tu cuerpo tanto en la parte física como en la nutricional.

  • Define qué es para ti “estar en forma”

Los puntos de referencia hacia el buen estado físico deben coincidir con tu objetivo.

Por ejemplo, si tu meta es mejorar tu salud mental —uno de los beneficios del ejercicio que con frecuencia se pasan por alto—, entonces estar en forma puede significar salir a caminar todos los días. En el proceso es recomendable llevar un diario en el que hagas el seguimiento de tu estado de ánimo, tus pensamientos y emociones. Sea cual sea la visión que elijas, intenta adoptar un enfoque holístico.