Confieso que toda mi vida he sido una persona que se levanta temprano, primero para ir a la escuela que quedaba lejos de casa, después para llegar a tiempo al trabajo, más tarde para ir al gimnasio. Hoy a pesar de la pandemia, cinco días de la semana despierto entre 6:00 y 6:30:00 A.M.

El dicho de: “Al que madruga Dios le ayuda”, es respaldado actualmente por los científicos. En un reciente estudio publicado en Journal Molecular Psychiatry, se le preguntó a 450,000 personas de mediana edad, acerca de sus preferencias para levantarse. Los que gustan de levantarse temprano reportaron menos ansiedad y depresión.

También descubrieron que todo se trata de seguir rutinas, ya que las personas que se levantan tarde, por lo regular no se sienten con un ánimo optimista. Es una especie de jet lag, que genera un humor infeliz. Por supuesto, que la gente que sufre de depresión, por lo regular se despierta tarde.

Además debes saber que los horarios en que te levantas, están regidos por tu ADN. La Universidad de Exeter descubrió que existen 351 variantes genéticas que determinan el despertar de las personas. Las personas que tienen genes que los hacen levantarse temprano, tienen hasta un ocho por ciento menos de riesgo de sufrir depresión.

Incluso levantarse temprano puede lograr que te sientas con mayor energía, ya que por lo regular no hay desvelos, lo que le permite al cuerpo completar todos los ciclos del sueño y como resultado hay un mejor descanso tanto físico como mental, de acuerdo con Early Bird by Amerisleep.

Recuerda que cada persona es única, pero por lo regular se requieren de siete a ocho horas para lograr un buen descanso. Además al levantarte temprano, no iniciarás con estrés tu día, ya que tendrás tiempo para organizarte, sin tener que correr,