Las bacterias intestinales viven en los intestinos sin llamar la atención y sin dar muchos problemas. Podría parecer difícil de entender, pero estos microbios desempeñan una función crucial en el sistema inmunitario. Los expertos de USANA, nos explican cómo ocurre.

Singular odisea

Los intestinos enfrentan más antígenos (materia extraña que empieza una respuesta inmunitaria) que cualquier otra parte del organismo. Al mismo tiempo que filtran la colonia de microbios que reside en el interior, la mucosa intestinal (recubrimiento) debe responder adecuadamente, tarea muy ardua para una barrera que no tiene más que una célula de grueso.

En pie de guerra

Los microbios potencialmente dañinos que tratan de atravesar el recubrimiento mueren en el intento en sus vías. Las células que recubren los intestinos secretan proteínas que reclutan glóbulos blancos en el área afectada. Estas células epiteliales también producen péptidos antimicrobianos y moco que atrapa a las bacterias.

Asistencia precisa

Pero no todas las bacterias constituyen una amenaza:

  •  Los microbios comensales (microbioma intestinal) digieren compuestos y extraen nutrientes que el organismo no puede procesar por sí mismo.
  • Algunas bacterias intestinales también sintetizan ciertas vitaminas B y vitamina K.
  • Las vitaminas B, como la B12, también apoyan el funcionamiento saludable del sistema inmunitario.
  • La vitamina K es un importante componente para mantener la producción de factores de coagulación sanguínea.

La comunidad de bacterias útiles que vive en el intestino empieza a desarrollarse al nacer. Todos los microorganismos a que se expone un bebé en los primeros días de vida colonizan el microbioma, el cual sigue formándose mediante factores dietarios y ambientales. Desde la infancia y algunos expertos recomiendan ingerir alimentos que contengan bacterias —como yogur y otros alimentos fermentados— porque ayudan a mantener el equilibrio de las bacterias saludables del intestino, lo que optimizia las funciones del sistema inmune.