El mezcal, cuyo nombre deriva del náhuatl «mexcalli» que significa ‘agave cocido’, es una destilación de corazón y alma. Su proceso de producción, meticuloso y artesanal, comienza con la selección cuidadosa de agaves silvestres o cultivados, los cuales son cocidos en hornos de tierra durante varios días para liberar sus azúcares naturales. Luego, las piñas cocidas se muelen para extraer los jugos que serán fermentados y destilados posteriormente.

Mezcal Montelobos se erige como un referente de calidad y excelencia, crea mezcales que capturan la esencia misma del agave y transmiten la pasión de los maestros mezcaleros que los elaboran con profundo respeto por las tradiciones y un enfoque en la sustentabilidad.

¿Sabes cómo disfrutar de un mezcal? Nos brinda una guía rápida para degustar y catar las expresiones más buscadas por los amantes de este destilado:

Prepárate para la cata de mezcal: elige un lugar sin olores fuertes que puedan afectar los aromas de esta peculiar bebida, asegúrate de tener agua para enjuagar la boca entre catas. Utiliza un vaso de vidrio transparente y delgado para apreciar el color y los aromas.

Aprécialo: examina el color del mezcal; observa si es transparente, ligeramente ambarino o si tiene tonalidades doradas, inclina el vaso para apreciar la viscosidad del líquido. Un mezcal de calidad debe tener una lágrima densa y persistente en las paredes del vaso.

Evalúa los aromas: acércate al vaso y huele ligeramente el mezcal sin introducir la nariz. Identifica los aromas presentes como notas frutales, herbales, ahumadas, florales o terrosas, después remueve ligeramente el mezcal en el vaso para liberar más aromas y vuelve a oler. Nota cómo evoluciona la esencia y qué nuevos matices puedes percibir.

Descubre el sabor: toma un sorbo pequeño de mezcal y déjalo recorrer toda la boca, después, identifica las diferentes notas de sabor dulce, amargo, ahumado, frutal, especiado o terroso. Intenta identificar la complejidad y equilibrio de sabores en el mezcal, presta atención a la textura y sensación en boca. ¿Es suave, cremoso, ligero o picante?

Explora los diferentes tipos de Montelobos:

  1. Para los tradicionales: Mezcal Espadín, equilibrio y sabor. Es una verdadera joya, equilibrado y versátil a la hora del maridaje. Este exquisito destilado se armoniza a la perfección con una amplia gama de sabores, desde aquellos dulces hasta ahumados y cítricos. Permítele deslumbrar tu paladar junto a tiraditos, ceviches, carnes magras y postres.
  1. Para los conocedores: Ensamble, la complejidad hecha sabor, es un encuentro de matices. Se combina de manera excepcional con toques dulces y frescos, convirtiéndose en el compañero perfecto para ensaladas y frutas; cambia la tradicional naranja por una rodaja de jitomate y tomate para percibir mejor sus profundas notas cítricas y herbales.
  1. Para los exigentes: Tobalá, elegancia en cada sorbo. Perfecto para aquellos que buscan disfrutar de sabores más intensos, notas frutales y ácido-dulces. Se marida con quesos, embutidos, uvas, manzana verde y platillos especiados presentes en la amplia gastronomía mexicana.
  1. Para los más arriesgados: Pechuga, una experiencia audaz, un homenaje a una técnica de producción centenaria que se produce de una tercera destilación con pechuga de guajolote y brinda una experiencia sensorial por los frutos de temporada y especias seleccionadas para su elaboración. Su sabor único se complementa de manera excepcional con chocolates semiamargos, mole, frutos secos y dátiles.