Seguro has planeado meticulosamente en tu mente tus propósitos de Año Nuevo o simplemente has decidido aventarlos en el cajón del olvido, porque no recuerdas haberlo logrado en otros años.

Tranquila no estás sola, a menudo todos fracasamos con los propósitos porque no son realistas o queremos cumplirlos todos al mismo tiempo. Lo más probable es que los tengas en la mente durante esta primera semana del año, para arrumbarlos en cuanto comienzas con la dinámica habitual tras las vacaciones.

Sin embargo, para cumplir con las metas los expertos sugieren plantearse un cambio de hábitos, lo ideal es que sean pequeños para que poco a poco los cumplas y obtengas mejores resultados.

Es probable que con levantar pesas por dos semanas y comer sólo verduras, no recuperarás la figura que tenías antes de diciembre. Lo que sí es seguro, es que te sentirás agotada y hambrienta.

Sería mejor, que lo tomes con calma, es decir, que acudas con un especialista en nutrición para que te de una dieta de acuerdo a tus necesidades, que además te brindará la energía necesaria para realizar una rutina de ejercicios dos o tres veces por semana; lo ideal es que también la ejecutes con la asistencia de un entrenador. O si lo prefieres inicia con clases de pilates o yoga,. Así obtendrás resultados paulatinamente.

El beneficio real que acompaña a una meta a largo plazo, es que puedes iniciar poco a poco y ver dónde estás, creciendo con tus metas en lugar de tratar de alcanzarlas.

De hecho los estudios arrojan que probablemente 21 días no sean suficientes para tener un hábito, los resultados se aprecian en 10 semanas y es cuando puedes decir que ya tienes el hábito.

Hacerlo lentamente parece largo, sin embargo, es más probable que al ver los progresos continúes y no pares en el intento.