Si eres una persona que cuida cada detalle, seguro tu cocina no es la excepción. Sabemos que valoras la funcionalidad, la estética y, por supuesto, la durabilidad. Por eso, Tramontina, tu aliado en la cocina, comparte 5 tips para cuidar tus ollas y sartenes de acero inoxidable, para mantenerlos impecables. Porque una cocina bien cuidada te invita a cocinar para cuidar la nutrición de toda la familia

¿Por qué el acero inoxidable es tu mejor inversión en la cocina?

Los expertos en ingeniería de materiales y nutrición lo confirman: el acero inoxidable es el material top para tus utensilios. ¿Las razones? Es increíblemente duradero, facilísimo de limpiar (¡adiós bacterias!), súper estable al calor y, lo más importante, totalmente neutro con tus alimentos. A diferencia de otros materiales que con el tiempo pueden liberar sustancias no deseadas, el acero inoxidable de grado alimenticio mantiene todas sus cualidades, incluso con un uso intenso y a altas temperaturas. Es una inversión inteligente para tu salud y tu estilo de vida.

Los 5 mandamientos del brillo              

1. ¡No subestimes el poder del calor!

Sabemos que el tiempo es oro, pero un fuego demasiado alto innecesariamente o dejar tus ollas vacías sobre la estufa puede causar manchas y exterminar el brillo. La buena noticia es que los productos Tramontina vienen con fondo triple (acero-aluminio-acero). Esto significa que el calor se distribuye de manera súper uniforme. ¿El resultado? Cocciones perfectas y eficientes, sin dramas. ¡Ah, y son compatibles con todo tipo de estufas, incluso inducción, y aguantan hasta 260 °C en el horno!

2. Más que cuidados

Imagina tus ollas como tu piel: ¡quieres cuidarla! Para mantener su superficie perfecta y sin rayaduras, elige siempre utensilios de silicona, madera o acero inoxidable. Evita a toda costa esas herramientas metálicas o abrasivas que pueden dañar su acabado. Y para la limpieza, olvídate de estropajos metálicos o detergentes agresivos; una esponja suave y tu jabón de confianza serán suficientes.

3. Mantén el brillo

El secreto de una olla reluciente es la acción rápida. Lávalas inmediatamente después de usarlas con jabón neutro y agua tibia para evitar que se formen manchas o se peguen residuos. Para secar, tus mejores aliados son los paños de microfibra o algodón, ¡así evitarás esas molestas marcas de agua que dejan los minerales! ¿Manchas difíciles o de quemaduras? Un poco de vinagre blanco diluido o una mezcla de bicarbonato con vinagre, frotando suavemente con una esponja no abrasiva, ¡harán maravillas!

4. Consérvalas inmaculadas

Aunque el acero inoxidable es un campeón de la resistencia y no reacciona con alimentos ácidos (como el tomate o el limón), no es buena idea almacenar alimentos muy ácidos o salados por periodos largos dentro de tus ollas. Esto ayuda a prevenir manchas y, lo más importante, ¡a mantener las propiedades originales de tus comidas intactas!

5. Optimiza tu Lavado

Para el lavado diario, usa tu jabón líquido neutro y una esponja suave. Reserva el lado más abrasivo solo para esas manchas realmente difíciles. Enjuaga con agua bien caliente y, ¡aquí el truco de oro!, seca inmediatamente. Esto es clave para evitar las manchas que dejan los minerales del agua, especialmente si vives en zonas con agua «dura». Y sí, muchos productos Tramontina son aptos para lavavajillas, pero un secado rápido a mano siempre garantizará ese brillo perfecto.