¿Sabías que alrededor del 10% del cáncer es hereditario o tiene un solo componente genético específico y comprobable que aumenta el riesgo de una persona para desarrollarlo? Hereditario significa que el cáncer afecta a varios familiares. Estas personas emparentadas comparten factores genéticos que se suman a otros factores ambientales compartidos y llevan al desarrollo de estos tipos de cáncer.

La gente tiene alrededor de 20,000 genes en el cuerpo, que desempeñan alguna función en casi todas las áreas de la salud; actúan como un manual de instrucciones que indica al cuerpo cómo funcionar, desarrollarse y mantenerse sano.

“La mayoría de los tipos de cáncer se consideran esporádicos; es decir, que se presenta inesperadamente o se debe a influencias ambientales, como es el caso del hábito de fumar y el cáncer de pulmón. Alrededor del 25 por ciento del cáncer es hereditario”, señala Breanna Mitchell, consejera genética del Sistema de Salud de Mayo Clinic en Eau Claire.

Hereditario significa que el cáncer afecta a varios familiares. Estas personas emparentadas comparten factores genéticos que se suman a otros factores ambientales compartidos y llevan al desarrollo de estos tipos de cáncer.

El asesoramiento genético y las pruebas genéticas permiten determinar en qué categoría encaja el cáncer de una persona o de una familia. Pueden también calcular el riesgo de desarrollar cáncer, según Mitchell.

¿Qué tipo de genes se examinan en las pruebas genéticas?

“Según los genes personales, uno puede tener más riesgo para algunas enfermedades, incluidos ciertos tipos de cáncer. Las pruebas genéticas buscan cambios genéticos específicamente nocivos, llamados mutaciones o variantes patogénicas, que provocan la aparición de una afección genética. Los cambios genéticos son como errores ortográficos en el manual de instrucciones del cuerpo”, explica Mitchell.

¿Es inevitable el cáncer cuando se sabe que existe el gen?

«No. Haber heredado un cambio nocivo en un gen significa que hay más riesgo de cáncer, pero no que sea inevitable desarrollarlo en algún momento de la vida», responde Mitchell.

Cuando las pruebas genéticas muestran que existe más riesgo de cáncer, es preciso hacer exámenes de detección con más frecuencia y empezar cuanto antes. Por ejemplo, si presentas un cambio en el gen BRCA que aumenta el riesgo para cáncer de mama, el equipo de atención médica recomendará empezar con las mamografías o las detecciones mediante resonancia magnética de las mamas a menos edad o con más frecuencia.

¿Ayudan las pruebas genéticas durante el tratamiento oncológico?

En las personas con cáncer, las pruebas genéticas ayudan al equipo de atención médica a recomendar tratamientos y procedimientos quirúrgicos. Por ejemplo, algunos tipos de cáncer que se relacionan con mutaciones genéticas responden mejor a ciertos tipos de quimioterapia. De igual manera, las pruebas genéticas ayudan a decidir entre una tumorectomía o lumpectomía o una mastectomía al tomar la decisión quirúrgica respecto al cáncer de mama. Pueden también cambiar la forma de controlar el riesgo de cáncer con el transcurso del tiempo.

“Aunque no es posible cambiar los genes, sí se puede controlar algunos aspectos del entorno, como la alimentación, la actividad física y el consumo de alcohol o de tabaco. Por ello, es muy importante llevar un estilo de vida sano, independientemente de los antecedentes genéticos personales o familiares”, concluye Mitchell.