Por lo regular al preparar los platillos para la comida, se lavan primero las verduras y después se elimina la cáscara. Sin embargo, tal vez estás quitando nutrientes vitales, ¿lo habías pensado alguna vez?

Como ya lo hemos platicado varias veces la fibra es fundamental para tener buenas digestiones, tener saciedad e incluso para mantener en equilibrio la microbiota intestinal que alberga el 70% del sistema inmune.

Estudios han comprobado que la fibra es parte de un carbohidrato complejo que reduce los antojos pues tardan más en digerirse e incluso disminuye el consumo de calorías.

¿Sabías que el 31% de la fibra que ofrece una verdura se encuentra en la piel? En el caso de las frutas esa cubierta vibrante que poseen está compuesta por un tipo de fibra que ayuda a que los azúcares se metabolicen lentamente y evitan que se presenten picos de insulina que provocan antojos de alimentos dulces o producen fatiga.

Es cierto que hay cáscaras que no puedes consumir como las de las toronjas, pero existen otros que son benéficos. ¿Quieres conocerlos para incluirlos en tu dieta?

  • Papa, el 30 o 40% de su fibra se encuentra en su cáscara, así que no debes pelarlas, basta con tallarlas con un cepillo para eliminar los restos de tierra que pudieran traer. Prueba a prepararlas en gajos, rocía aceite de oliva sal de mar, un poco de hiervas de olor y hornea.
  • Manzanas contienen un 45% de fibra en su cáscara que es rica en pectina, que es excelente para la microbiota intestinal.
  • Calabazas, es tan suave la piel que no debe exterminarse. Para gozar de su rico sabor puedes asarla en tiras con un poco de queso parmesano.
  • Pepinos, el verde color de su cáscara posee clorofila y fibra que brinda mayor saciedad. Lo que la convierte en una excelente aliada de cualquier régimen nutrimental.
  • Zanahorias, su cáscara posee importantes nutrientes como minerales y antioxidantes como los carotenoídes que son benéficos para salud de los ojos.