El Día de Muertos es una ocasión ineludible. Esta festividad, reconocida por la UNESCO, trasciende lo folclórico, sirviendo como un puente emotivo entre el presente y los parientes ausentes.

El mezcal, al igual que el rito del altar, es un elemento primordial de la identidad mexicana. La marca Mezcal Machetazo establece un vínculo profundo con esta conmemoración, posicionándose como el licor destilado que rinde tributo a la memoria y la raíz cultural de nuestro país.

Entendiendo la conexión                   

El altar y el mezcal comparten una historia milenaria de sacralidad y convivencia. Ambos elementos culturales son testimonio de la cosmovisión prehispánica fusionada con las costumbres contemporáneas.

Tu Altar personalizado

La preparación de la ofrenda debe ser un acto íntimo y alegre. Mezcal Machetazo comparte sus recomendaciones esenciales para que esta disposición sea tanto estética como simbólica:

  1. La ubicación ideal: selecciona un rincón de tu hogar que te genere serenidad y te permita la rememoración.
  2. Estructura: define los escalones de tu ofrenda (dos, tres o siete niveles) para simbolizar el paso entre los planos de existencia.
  3. Accesorios Imprescindibles: asegúrate de incluir los objetos emblemáticos:

1.- Luz: las veladoras para dar claridad al camino.

2.- Aroma: las flores cempasúchil con tonalidad vibrante y aroma intenso. El copal también es imprescindible, para guiar a las almas.

3.- Sustento: el pan de muerto y las viandas favoritas.

4.- Memoria: las fotografías para inmortalizar a los seres queridos.


  • El imprescindible: integra una botella de Mezcal Machetazo. Al ser un símbolo de vida y hospitalidad, su presencia honra las celebraciones compartidas con los fallecidos.

  • Firma emocional: el toque más valioso es la personalización. Añade pequeños tesoros o preferencias personales que evoquen la identidad de cada persona recordada.

El Día de Muertos es la afirmación de la vida. En esta dualidad, Mezcal Machetazo se establece como el licor auténtico que conecta con la herencia y acompaña los instantes de regocijo.