Este ritual de belleza, puede reportar grandes beneficios a la salud del rostro e incluso disminuir las huellas del paso del tiempo. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Biomedical Research, el masaje que te brindan en un facial, también actúa sobre el sistema nervioso simpático, reduce la ansiedad y eleva tu estado de ánimo.

Descubre sus propiedades

1. Por lo regular abre los poros, lo que te asegura que los purificará al retirar células muertas, impurezas y sebo. Así que además de minimizar el aspecto de los poros, conseguirá que tus cremas en casa penetren a profundidad.

2. La dermocosmiatra está capacitada para detectar problemas y brindarte el tratamiento adecuado. Es posible que tu piel esté más irritada, que presente zonas enrojecidas o simplemente que necesite un detox.

3. El suave masaje, que brindan mientras distribuyen los tratamientos, estimulan la regeneración celular y promueven la producción de colágeno, vital para que la piel luzca turgente; además de agilizar la circulación sanguínea, por lo que optimizará el transporte de oxígeno y nutrientes en la dermis.

4. Al desintoxicar con los tratamientos adecuados, no sólo le devolverá la luminosidad, también disminuirá la aparición de brotes de acné.

5. Si tienes algún barrito, es seguro que después de una sesión desaparecerán rápidamente, sin dejar marca. Lo lograrán a través de diversos procedimientos, como una exfoliación con ácido salicílico o con el uso de luz pulsada.

6. Tu mirada también se verá beneficiada, pues con ligeras presiones, logran activar la microcirculación del párpado inferior, así es más sencillo que se desvanezcan las bolsas y ojeras. La aplicación de un hidratante profundo, ofrecerá un aspecto más joven al disminuir las líneas de expresión.

7. No sólo tu cutis saldrá beneficiado, también conseguirás que tu mente se calme, con los suaves movimientos del especialista y saldrás totalmente relajada. Tal vez, sea una buena idea acordar tu cita por la tarde, para que después te vayas a tu casa a continuar con la relajación.